Empoderamiento Masculino Vs. Machismo

Publicado el 23 de abril de 2025, 11:36
empoderamiento masculino
desarrollo personal para hombres

Continuando con nuestro esquema de trabajo, analizaremos en el siguiente artículo la situación de otro de los miembros de nuestra comunidad, para de esta manera destapar un problema o situación que toca directamente al universo masculino.  En este caso, el tema en cuestión: ¿Qué es el empoderamiento masculino y como diferenciarlo del machismo?

 

 

La situación de Roberto el machista:

Roberto es uno de nuestros colaboradores más activos detro de la comunidad. Está muy involucrado en los temas de empoderamiento masculino y nunca dice que no cuando se organizan actividades de crecimiento personal, debates o excursiones a retiros, pero Roberto tiene un grave problema...

Roberto es machista y un tanto misógino, lo cual afecta todos los debates donde él interviene y a los demás miembros del grupo.  Por ello, nos hemos decidido que es hora de tomar cartas en el asunto y enfocarnos en sus problemas y tal como hicimos con Luis encontrar elementos que le ayuden a ver las cosas desde otra perspectiva. Antes de entrar en materia, vamos a explicar por qué Roberto tiene una visión tan particular de lo que significa empoderamiento masculino. Roberto, de 36 años de edad, proviene de un país latinoamericano, donde existe un elevado porciento de machismo en los hombres y este fenómeno es percibido como algo bastante normal por la sociedad. De hecho, las propias mujeres parecen haberse adaptado a la idea de que los hombres tienen siempre la razón y la violencia de género es parte del día a día, así como el feminicidio. La verdad es que nuestro amigo Roberto es incapaz de expresar sus emociones vulnerables sin sentir vergüenza, porque desde niño le enseñaron que los hombres no muestran sus sentimientos, ya que esto es un síntoma de debilidad. También considera que para ser fuerte se debe ser agresivo o estar dispuesto a serlo en cualquier momento y le teme sobremanera al fracaso y al perder una pelea. Roberto nos comenta que gran parte de estas ideas las aprendió de su madre, lo cual nos pareció bastante extraño porque normalmente se asume que el machismo es enseñado o aprendido a través de conductas de otros hombres que ya son machistas, pero en el caso de Roberto fue su madre quien le inculcó estas primeras ideas antiguas que los hombres no lloran, que en la escuela siempre debía pelear cuando otro niño lo insultaba o le pegaba y que debía hablar con voz fuerte y alto para que la gente no pensara que era "flojito". Todos estos primeros conceptos los aprendió de su madre, ya que su padre, como es bastante típico en esta sociedad machista, no le dedicaba mucho tiempo cuando era un niño. Solo cuando alcanzó mayoría de edad y legalmente ya podía beber y conducir, comenzó a pasar más tiempo con su padre y así aprendió entonces cómo lidiar con el sexo femenino. Vamos.  No es de extrañar que tenga una idea tan distorsionada de lo que significa ser hombre y estar empoderado y nos daremos a la tarea en este post de diferenciar el verdadero concepto de poder masculino, el cual es sano y positivo de aquellas ideas machistas arcaicas que pueden ser clasificadas como masculinidad tóxica.   

 

Diferencias entre empoderamiento masculino y machismo

La principal diferencia entre empoderamiento masculino y machismo es profunda y significativa, ya que uno promueve el crecimiento positivo del hombre en armonía con otros, mientras que el segundo impone una jerarquía de poder dañina,  la cual afecta sobretodo sobre el sexo femenino pero también a otros hombres con una masculinidad menos tradicional. 

 

De vuelta a la comunidad

Ahora bien, teniendo claro que Roberto tiene una mala interpretación entre poder masculino y machismo, decidimos darnos al ejercicio de organizar una sesión en la comunidad. Algo así como una terapia grupal, lo que no es algo fuera de lo común cuando sentimos que tenemos un problema o cuestión que debe ser tratado.  En este caso elegimos un local de conferencias en un tranquilo lugar natural. Todos los miembros sabían de qué iba el tema, excepto el mismo Roberto, a quien  hemos dicho que hoy trataríamos un tema que nos afectaba a todos, pero no hemos confesado que le tocaría a él muy de cerca.  Hemos invitado a  también a muchas personas, las cuales no son parte directa de nuestro grupo, pero sus testimonios serán determinantes para que los presentes logren captar la profundidad de un tema tan complejo como el que hoy estaremos tratando. A las 8 de la noche se abrieron las puertas del local y llegaron los invitados.
Roberto estaba un tanto desconcertado, porque entre los presentes ese día había muchas caras que él conocía, algunas les traían admiración y otras malos recuerdos. Lo cierto es que nos dimos a la tarea unos días antes de visitar a exparejas de Roberto, excompañeros de antiguos  empleos y personalidades que sabíamos que él admiraba. Todos se tomaron el tiempo de asistir a nuestra sesión, por lo cual estamos agradecidos en gran medida. 

La sesión fue dirigida en esta ocasión por el mejor amigo de Roberto, el cual lo conoce mejor que nadie y  se encargó de la parte introductoria de la reunión. Se explicó que el tema a tratar no era otro que el impacto del machismo en las relaciones sociales e interpersonales y de cómo es fácilmente confundido con una masculinidad empoderada. Lentamente, fueron tomando voz los participantes. Las primeras en hablar fueron las exparejas de Roberto, las cuales, sin revelar nunca el nombre ni entrar en detalles personales contaron como el machismo había arruinado varias de sus relaciones pasadas y como el miedo a la violencia física era un sentimiento latente al vivir con un hombre que se maneja  con estas características.  

 

En ocasiones mientras las mujeres hablaban, mirábamos el rostro de Roberto, el cual parecía de piedra; era como si un eterno sentimiento de vergüenza  lo hubiera invadido y justamente esa es la primera reacción que buscábamos conseguir, que Roberto entendiera lo difícil que puede ser para una víctima sufrir su machismo sin medidas y creo que por primera vez escuchaba a todas sus víctimas hablando de estos problemas y eso lo abrumo, tanto así que estuvo a punto de levantarse e irse, pero uno de los miembros de la comunidad, sentado estratégicamente a su lado para evitar que esto ocurriera lo agarro del hombro y le dijo: "Roberto, no estás solo en esto, estamos contigo en la vergüenza y estaremos también en la solución..." Roberto asintió a quedarse, quizás por la misma vergüenza de sentirse descubierto, pero apoyado. 

Los siguientes en hablar fueron los hombres a los cuales Roberto admiraba, hombres de gran talento o reconocimiento entre los que los conocen, hombres de negocios, de experiencia o años de servicio a la comunidad. Había policías, bomberos y dueños de pequeñas y medias empresas.  Lo interesante de sus intervenciones, es que muchos de ellos también habían pasado por periodos de sus vidas donde fueron muy machistas y  con el apoyo de sus comunidades, ayuda profesional y cambiando sus estilos de vidas, pudieron dejar atrás estas conductas tan arraigadas en sus personalidades. Después de todos sus testimonios se entendió lo siguiente:

 

¿Como hacerle frente al machismo?

El machismo es una actitud discriminatoria y sexista, la que coloca al hombre como superior a la mujer y otros géneros. También fomenta la violencia, control, represión emocional y actitudes tóxicas. Se basa en roles rígidos de género (el hombre “fuerte”, proveedor, dominante) y minimiza o ridiculiza valores como la vulnerabilidad o el diálogo. Muchos hombres ansiosos por triunfar  en sectores altamente competitivos adquieren algunas de estas características para destacarse o para lograr demostrar su fuerza en un entorno hostil, pero también muchos otros  hombres que no pueden demostrar esta fuerza en sus entornos laborales, se vuelven muy machistas en sus casas para de alguna manera obtener la validación externa y sensación de control y poder  que no reciben en la sociedad; de modo que puede afectar a cualquiera. La mejor manera para acabar con estas conductas es desarrollando un poder masculino positivo que ayude a alcanzar metas sin afectar negativamente a otros individuos sin importar el género o la posición que tengan. 

 

Para lograr tal cometido se puede fomentar el autoconocimiento y la confianza en uno mismo, lo cual acordamos en esta sesión especial se irá desarrollando en nuestra comunidad a través de talleres donde los miembros como Roberto aprendan a lidiar con frustraciones y tengan el espacio de hablarlas y analizar como otros hombres lidian con las mismas emociones y presiones.

 

Romper con estereotipos que limitan la expresión emocional de los hombres, lo cual llevaremos a cabo en nuestra asociación realizando una vez al mes una cena especial con todos los miembros de nuestra comunidad, sus esposas e hijos. En este día, los hombres de nuestra comunidad realizarán conscientemente todos los preparativos de la cena, limpiarán el local horas antes y luego que todos se marchen a casa y estaremos demostrando que el estar masculinamente empoderado no tiene nada que ver con la función social o en la pareja que se realice. 

 

También es importante reforzar valores como la responsabilidad, integridad y autocuidado, los cuales son valores que ya tenemos incorporados en nuestro grupo, pero que no debemos perder de vista. De modo que hemos creado un fondo destinado a mujeres víctimas de violencia doméstica y será Roberto quien recaude los fondos y los entregue personalmente cada mes a una de estas instituciones  que ayuda a las mujeres. Esta recomendación vino directamente de varios de los hablantes de nuestra conferencia el día de hoy, los cuales explicaron que a través de esta actividad y del acercamiento continuo con estas instituciones se puede entender a largo plazo al gran daño que una actitud machista sin controlar puede acarrear para nuestra sociedad. 

Al finalizar el encuentro, se sintió un ambiente de  autoconciencia elevado y creemos que todos los presentes, inclusive Roberto, tienen ahora más armas y elementos para luchar contra este problema. 

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